El pasado 23 de octubre, el Aula Magna de la Facultad de Ingeniería fue escenario del masterclass Una mirada al futuro: ¿Debemos preparar a los alumnos como profesores de matemáticas?, impartida por el ingeniero Jesús Patiño Ramírez, y organizada por la División de Ciencias Básicas y el Seminario de Pedagogía en Ingeniería.
El profesor de la Facultad enfatizó la importancia de que los ingenieros no solo desarrollen competencias técnicas, sino también habilidades pedagógicas que permitan una enseñanza eficaz. En el contexto actual, no basta con dominar herramientas científicas, también es esencial poder transmitir esos conocimientos a las futuras generaciones. "No basta con ser un especialista, debemos preparar a los ingenieros para ser formadores... el intercambio significativo entre profesores y alumnos ha sido fundamental en mi experiencia docente", comentó. Con ello, instó a los asistentes a reflexionar sobre la importancia del diálogo en el aula como clave para un aprendizaje efectivo, enfoque aplicable no solo a las matemáticas, sino a otras disciplinas.
El ingeniero Patiño explicó el concepto de andragogía, distinguiéndolo de la pedagogía por su enfoque en la enseñanza a adultos, un proceso que considera las experiencias previas, la motivación interna y la necesidad de aplicar inmediatamente lo aprendido. Citando a Malcolm Knowles, destacó "la importancia de que los estudiantes comprendan el porqué de lo que aprenden". Además, se refirió al impacto de la pandemia en la educación, subrayando cómo obligó a replantear los métodos de enseñanza y cuestionó si la educación debe depender exclusivamente de la presencialidad, invitando a explorar las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales y los modelos de educación a distancia. También resaltó el potencial de las nuevas licenciaturas en línea para una formación más flexible. "La pandemia nos enseñó que debemos adaptarnos. La educación no puede detenerse por factores externos; es esencial encontrar maneras de continuar el aprendizaje, incluso en situaciones adversas", argumentó.
Además, analizó los desafíos que presenta la Generación Z en el ámbito educativo y profesional. Señaló que algunas empresas enfrentan dificultades al contratar a jóvenes de esta generación debido a deficiencias en ética profesional y formación, lo que plantea la necesidad de reformular la educación y modificar la actitud de los estudiantes hacia el aprendizaje, promoviendo una ética normativa. En un momento destacado, utilizó una metáfora matemática para ilustrar la relación profesor-estudiante, comparándola con el binomio al cuadrado perfecto: (a+b) ² =a²+2ab+b²: "Profesor y alumno se potencian mutuamente en un proceso colaborativo, donde ambos crecen y aprenden juntos", afirmó. Conminó al estudiantado a desarrollar su capacidad autodidacta y continuar aprendiendo, incluso ante situaciones como pandemias o paros. Recordó una anécdota personal sobre cómo tuvo que aprender por sí mismo al impartir una asignatura fuera de su especialidad, tuvo que aprender por su cuenta, resaltando la importancia del aprendizaje autodidacta.
La clase concluyó con una invitación a la reflexión y al debate, fomentando el aprendizaje y el intercambio de experiencias en el ámbito educativo mediante el diálogo y el enriquecimiento colectivo. El ingeniero Patiño cerró con el "límite de agradecimiento tendiendo a infinito", expresado de manera singular, como solo un ingeniero matemático lo haría:
Lim agradecimiento (t) = infinito
t -> espacio-tiempo compartido.
El 16 de noviembre de 1976, hace casi 48 años, comenzó su carrera académica en la Facultad de Ingeniería donde ha impartido las asignaturas Álgebra, Cálculo Diferencial, Geometría Analítica, Ecuaciones Diferenciales y Análisis Numérico, entre otras. Ha sido subcoordinador de Matemáticas II y coordinador de Ecuaciones Diferenciales. También ha impartido cursos de matemáticas en el Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua, la Universidad de Campeche, la Secretaría de Marina y la UNITEC.
Fue coordinador del Centro Siglo XXI en CIDET, Querétaro, donde trabajó en un proyecto para mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje de matemáticas en los niveles básico y medio, y supervisor en el área de cómputo en planteles del Conalep.