El pasado 13 de noviembre, en el auditorio Javier Barros Sierra, la División de Ciencias Sociales y Humanidades (DCSyH) llevó a cabo la charla Los espacios de la ingeniería son para todos los cuerpos. Participaron las doctoras Alejandra Medina Arzate, Andrea Vera Gajardo (Instituto de Matemática de la Universidad de Valparaíso, Chile), Cecilia Martín del Campo (Facultad de Ingeniería, UNAM) y Ana Beatriz Carrera Aguilar (titular de la Unidad Integral de Género, FI), quienes analizaron cómo las normas sociales y culturales influyen en los espacios universitarios y las experiencias de los cuerpos feminizados en la ingeniería.
La doctora Medina Arzate subrayó que uno de los ejes del Plan de Desarrollo 2023-2027, impulsado por el doctor José Antonio Hernández Espriú, es promover una cultura inclusiva en la comunidad universitaria. Este compromiso se refleja en la consolidación de la asignatura Igualdad de Género en Ingeniería y en el diseño de espacios educativos y profesionales que incluyan todas las diversidades, garantizando la equidad y el respeto por las diferencias individuales.
Por su parte, la doctora Vera Gajardo cuestionó el diseño histórico de los espacios de ingeniería. Señaló ejemplos como las plataformas petroleras de los años setenta, que carecían de instalaciones sanitarias para mujeres, o las plantas automotrices sin áreas para madres lactantes, omisiones que dificultan la participación plena de diversos grupos. "No es neutral, está atravesado por normas culturales que perpetúan desigualdades", afirmó. Invitó a replantear las prácticas de diseño y planificación para crear entornos accesibles e inclusivos. A la par, mencionó el proyecto Cultura Ingenieril en Chile: un enfoque interdisciplinar sobre el análisis de dinámicas culturales y de género en las comunidades estudiantiles de ingeniería, destacando cómo las normas somáticas condicionan la percepción de ciertos cuerpos como intrusos o legítimos en los espacios científicos y de poder.
Al retomar los "conocimientos situados" —concepto epistémico feminista de Donna Haraway—, enfatizó que la ciencia debe entenderse como un proceso cultural y social, más allá de una perspectiva objetiva y universal. "Toda práctica social es, de una manera u otra, una experiencia corporal", citó, señalando que los prejuicios hacia ciertos cuerpos afectan la equidad en la academia. Los resultados de su investigación evidencian que los cuerpos feminizados —de mujeres, personas trans y no binarias— enfrentan barreras significativas en los campus de ingeniería, afectando su "autoría epistémica", o sea, su capacidad de ser reconocidos como sujetos de conocimiento. Resaltó la falta de pertenencia en estos espacios como un factor crítico que impacta el rendimiento y la permanencia estudiantil.
La doctora Vera Gajardo también reflexionó sobre la importancia del diseño arquitectónico inclusivo: "Si faltan baños para mujeres o accesos para personas con discapacidad, esto evidencia una norma subyacente que excluye". Explicó que estas carencias reflejan problemas estructurales que limitan la participación plena de las mujeres en la ingeniería. Además, valoró su estancia de investigación en la UNAM, calificándola como un espacio de aprendizaje mutuo: "Las conversaciones han sido fundamentales para mi proyecto", concluyó.
En su intervención, la doctora Martín del Campo compartió su experiencia como líder de la Unidad de Planeación Energética en la UNAM. Resaltó la importancia de abrir espacios inclusivos y de promover el impacto social de las carreras en ingeniería. "Aunque no estoy acostumbrada a este tipo de eventos, me emociona el entusiasmo del estudiantado y considero crucial mantener actividades inclusivas que beneficien a toda la comunidad", expresó. Asimismo, destacó la urgencia de mejorar la accesibilidad en la Facultad para personas con discapacidad, señalando que las barreras físicas pueden desmotivar a futuros ingenieros.
Por último, la doctora Carrera Aguilar abordó su labor en proyectos sociales y académicos con perspectiva de género, como su investigación sobre infraestructura carretera orientada al bienestar comunitario. Desde la Unidad Integral de Género, destacó la importancia de visibilizar el trabajo de las mujeres en la ciencia y de fomentar la colaboración masculina en iniciativas lideradas por mujeres. Invitó a estudiantes de distintas especialidades a participar en brigadas intersemestrales con enfoque social, subrayando que este evento no sólo visibilizó los retos de los cuerpos feminizados en la ingeniería, sino que también abrió el diálogo hacia una cultura académica más equitativa. "Nuestro compromiso con la igualdad de género es transformar tanto los espacios educativos como las prácticas profesionales", finalizó.