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Vida Académica
2015-10-29
Preceptos de la entidad
Valores compartidos, nuestro motor de cambio.
Por: CPDFI
Fotografía: Antón Barbosa

En un mundo globalizado en el que se fomenta el individualismo y el consumismo, resulta primordial para las instituciones educativas cultivar con mayor intensidad aquellos valores universales que, además de procurar el bienestar individual, permiten estrechar lazos con los demás y con el entorno, recordándonos que todos estamos interrelacionados de alguna manera.

Los valores éticos tienen un impacto en las relaciones sociales y, por tanto, son factores importantes de integración en una comunidad. Además de ser el fundamento que guía y regula la acción humana, los valores señalan prioridades y, puesto que también se relacionan con lo que se quiere hacer o lograr para el corto, mediano y largo plazos, están presentes en la toma de decisiones.

Los planes, las metas, decisiones, actitudes y posturas guardan un vínculo estrecho con los valores, por ello, el Plan de desarrollo 2015-2019 de la Facultad de Ingeniería pone de manifiesto su dimensión ética en el capítulo dedicado a los Preceptos institucionales, es decir, a las políticas y valores que deben ser compartidos por cada uno de los miembros de la comunidad y encauzar el desarrollo de la entidad en sus funciones sustantivas y de apoyo, es decir, la práctica de valores en todo el espectro del quehacer de la entidad, el cual abarca desde las actividades de docentes y estudiantes hasta las del personal administrativo que brinda servicios básicos a la comunidad.

Cabe destacar que dichos preceptos guardan plena correspondencia con los valores que orientan a nuestra máxima casa de estudios, los cuales se difunden permanentemente a través de iniciativas como Valor UNAM y en el recientemente aprobado Código de Ética.

Para cumplir con su misión y visión, la Facultad establece como políticas la vida académica y el trabajo colegiado, la proactividad, la simplificación, la disciplina, la transparencia, el cuidado del ambiente, la competitividad y la unidad. Asimismo, pone énfasis en siete valores: identidad, pluralidad, equidad, ética, responsabilidad social y profesional, honestidad y perseverancia.

La vida académica y el trabajo colegiado fortalecen la interacción entre pares, el intercambio de puntos de vista, la socialización de diversas reflexiones, el surgimiento de propuestas creativas e innovadoras, la cultura del trabajo organizado y colaborativo.

La proactividad es una política que promueve en la comunidad la creatividad en la búsqueda de nuevas soluciones a problemas teóricos y prácticos, así como en la realización de acciones para mejorar las condiciones de su entorno y trazar el camino a la innovación manteniendo la esencia del compromiso social.

Mediante la simplificación se pretenden crear nuevos modelos de organización y de decisión que aseguren una mayor eficiencia operativa. Asimismo, se busca implantar procesos tecnológicos de avanzada que den agilidad, seguridad y mayores capacidades en el manejo de la información.

La disciplina favorece el cumplimiento de las tareas individuales e institucionales y fortalece una cultura del trabajo regida por la responsabilidad, el orden, el rigor, el respeto a los tiempos y la seguridad.

La transparencia es la garantía de la comunidad de recibir información sobre las actividades de interés general que se desarrollan en la Facultad, que se traduce en la elevación interna y externa de los niveles de confianza mutua y en una mayor amplitud de los canales de comunicación.

El cuidado del ambiente implica integrar medidas para su protección y procurar la racionalidad en el uso de los recursos institucionales.

La competitividad se refiere a cumplir con calidad las funciones sustantivas de la Universidad para que nuestros egresados sean considerados de excelencia y competitivos en un mundo que exige profesionales cada vez más preparados.

La unidad demanda conjuntar los esfuerzos de la comunidad para alcanzar los objetivos comunes. Lograr un trabajo colaborativo caracterizado por la comunicación efectiva, el intercambio y aprovechamiento de pluralidad de ideas.

La jerarquía que damos a ciertos valores define el tipo de profesionista y ciudadano que somos, en ese sentido los preceptos institucionales en los que la Facultad de Ingeniería pone énfasis en su Plan de desarrollo 2015-2019, además de buscar generar arraigo e identidad, responden a su compromiso y responsabilidad social y profesional.

La identidad de nuestra comunidad se sustenta en el orgullo de pertenencia a la Universidad Nacional Autónoma de México y a la Facultad de Ingeniería, reconocida como una institución fundamental en la formación de profesionales comprometidos con el desarrollo nacional.

La pluralidad propicia el entendimiento y el diálogo respetuoso, atendiendo a los derechos, libertades, deberes y cualidades de cada persona. Con este valor se busca evitar cualquier acto o conducta que resulte discriminatorio o atente contra la dignidad del otro.

La equidad es imprescindible para lograr la igualdad de oportunidades de desarrollo para todos los miembros de la comunidad, de acuerdo con sus propias condiciones y necesidades.

La ética, tan necesaria en todos los aspectos de la vida, hace un llamado a desarrollar actitudes, prácticas y hábitos que, teniendo como eje la integridad y la honestidad, beneficien a la comunidad y sean ejemplo para toda la sociedad.

La responsabilidad social y profesional implica asumir los compromisos y obligaciones sociales, laborales o familiares.

La honestidad es actuar con transparencia y sinceridad siendo congruente entre lo que se dice y lo que se hace; conlleva apegarse a la verdad y acatar las normas fundamentales para la convivencia.

Finalmente, la perseverancia nos permite enfrentar los retos y las dificultades con valor, sin dejarse vencer fácilmente; superar los obstáculos sin perder de vista nuestros objetivos y metas.

Como depositarios de las políticas y valores, cada uno de quienes formamos parte de esta comunidad debemos apropiarnos de ellos y ponerlos en práctica. Los preceptos institucionales nos enriquecen en lo individual, al tiempo que favorece la convivencia, el adecuado desarrollo de la comunidad y el perfeccionamiento de la vida institucional.

Los valores se aprenden a través de la socialización, así como de la experiencia personal de aprendizaje. El reto es propiciar la reflexión en torno a estos principios, exhortar a la comunidad a ponerlos en práctica en sus actividades cotidianas y a tomar una actitud comprometida respecto a ellos para alcanzar las metas y cumplir con los compromisos institucionales.