El pasado 28 de mayo, la Facultad de Ingeniería (FI-UNAM) realizó la Ceremonia de Reconocimiento por Antigüedad Académica en la Unidad de Seminarios doctor Ignacio Chávez; el presídium estuvo conformado por los doctores José Antonio Hernández Espriú, director de la FI, Leopoldo Adrián González González, secretario general, y Fernando Samaniego Verduzco, profesor emérito; la química Bertha Rodríguez Sámano, secretaria general de la AAPAUNAM, y el maestro Ubaldo Eduardo Márquez Amador, presidente de la Unión de Profesores de la FI.

Durante la ceremonia se distinguió a 216 docentes por su destacada trayectoria ininterrumpida en la institución, con la entrega de medallas y diplomas a quienes cumplieron 10, 15, 20, 25, 30, 35, 40, 45 y 50 años de labor; de igual modo, a 13 profesores investidos con Cátedras Especiales, nombradas en honor a figuras emblemáticas de la ingeniería mexicana, en mérito a su excepcional contribución académica y profesional. Un momento especialmente emotivo fue el homenaje a los profesores con 50 años de servicio, entre ellos, los doctores Fernando Samaniego Verduzco, Mario Espartaco Rodríguez Green y Miguel Ildefonso Vera Ocampo (División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra), Víctor Manuel Sánchez Esquivel (División de Ingeniería Eléctrica), Tomás Guadalupe Sánchez Reyes (División de Ingenierías Civil y Geomática), Eduardo Lemus Soto (División de Ingeniería Mecánica e Industrial) y Guillermo Carrión Hernández (División de Ciencias Sociales y Humanidades), cuyo legado no sólo ha enriquecido la formación de generaciones de ingenieros, sino que ha fortalecido el prestigio académico de la FI y de la UNAM.

En su intervención, el doctor Hernández Espriú destacó que la historia de nuestra Facultad está profundamente entrelazada con el trabajo cotidiano de sus profesoras y profesores, ya que cada actividad académica, desde las aulas hasta los laboratorios, contribuye decisivamente a fortalecer la identidad institucional. Además, realizó un recorrido por los hitos más relevantes en la historia de la FI, incluyendo su traslado a Ciudad Universitaria en 1956, y retomó palabras del ingeniero Javier Barros Sierra, con las que reafirmó el compromiso social de la comunidad universitaria: "Ocupar un lugar en nuestra casa de estudios comporta un privilegio de cuyo buen uso habrá de dar cuenta cada quien ante la Nación misma". Un momento simbólico fue cuando el Director expresó su agradecimiento al maestro Miguel Vera Ocampo, por su trayectoria docente y por haber sido su profesor en la asignatura Mineralogía Óptica, un gesto del ciclo intergeneracional que caracteriza a la comunidad académica.

Frente a los desafíos actuales de la educación superior, particularmente el impacto de tecnologías emergentes (la inteligencia artificial, robótica, entre otras), el director enfatizó el papel insustituible del profesorado como guía en la formación del pensamiento crítico, dado que su vasta experiencia, combinada con la innovación de las nuevas generaciones, constituye una de las mayores fortalezas de la institución. Para concluir, expresó nuevamente su reconocimiento a todo el profesorado distinguido, subrayando que su labor en la docencia, la investigación y la difusión cultural es el pilar fundamental para el futuro de la institución, y cerró su mensaje con el lema universitario Por mi raza hablará el espíritu.

Por su parte, el maestro Márquez Amador resaltó la invaluable labor del profesorado en la formación de ingenieros comprometidos con la sociedad y felicitó efusivamente a los docentes reconocidos y a los titulares de Cátedras Especiales. El representante gremial remarcó que "los años en las aulas son tiempo de vida dedicado a apoyar generaciones de alumnos que confían en una formación profesional para servir a la sociedad", y que, más allá de la transmisión de conocimientos, los docentes inculcan valores —el compromiso, el respeto, la honestidad...—, cualidades que distinguen a los egresados universitarios. Puso de relieve el papel de los profesores como guías que "alientan el espíritu de los alumnos para enfrentar retos profesionales, despertando su creatividad basada en el conocimiento", y el de la educación como una herramienta esencial para el cambio y la superación permanente.

Asimismo, reconoció el esfuerzo diario del profesorado y, como homenaje póstumo, recordó al querido ingeniero Carlos Sánchez Mejía, primer jefe de la División de Ingeniería Mecánica e Industrial, promotor del Centro de Docencia y Coordinador de Comunicación. Reafirmó el compromiso de la Unión de Profesores con la defensa de los derechos académicos, en apego al Contrato Colectivo de Trabajo y al Estatuto del Personal Académico, agradeció el respaldo de las autoridades de la FI y de la AAPAUNAM e hizo un llamado a mantener un diálogo permanente para atender las necesidades del cuerpo docente. Pronunciando el lema gremial En la unión está nuestra fuerza, invitó al profesorado, sin distinción de antigüedad o categoría, a sumar esfuerzos para fortalecer su labor educativa.

El Quinteto de la Orquesta Sinfónica de Minería aportó la pauta musical de la ceremonia, demostrando por qué está considerado entre los mejores ensambles de cámara. Sus integrantes Igor Ryndine y Alexander Grislov (violines), Mikhail Kuznietzov (viola), Vitali Roumanov (violonchelo) y Araceli Salazar (piano) deleitaron al público con un programa que fusionó lo mejor del pop contemporáneo, el rock y las bandas sonoras cinematográficas. Sobresalieron las interpretaciones Halo de Beyoncé, un medley de Blank Space y You Belong With Me de Taylor Swift, así como versiones refinadas de Levitating de Dua Lipa y Perfect Symphony de Ed Sheeran. Cada arreglo preservó la esencia de las obras originales mientras exploraba nuevas posibilidades sonoras propias de la música de cámara. Para cerrar, sus cuerdas trinaron con la delicada Merry-Go-Round of Life de El castillo ambulante, mientras que en Bohemian Rhapsody de Queen evidenciaron el virtuosismo técnico del ensamble. La ejecución de Africa de Toto, como encore, provocó una ovación cerrada del público presente.

El programa Cátedras Especiales tiene como objetivo fortalecer la calidad educativa de la institución mediante el estímulo a docentes que destacan en sus campos de conocimiento, contribuyendo al prestigio y desarrollo continuo de la Facultad. Para ser acreedor a una de estas distinciones, es necesario cumplir requisitos (al menos cinco años de antigüedad, haber realizado contribuciones relevantes en docencia, investigación o innovación tecnológica y presentar un programa de trabajo con potencial de impacto en el quehacer académico). Este riguroso proceso de selección garantiza que las Cátedras sean otorgadas a los profesionales más meritorios.

Entre los galardonados se encuentran los doctores Luis Francisco García Jiménez (Cátedra Ángel Borja Osorno), Víctor Leonardo Teja Juárez (Cátedra Antonio Dovalí Jaime), Héctor Ricardo Castrejón Pineda (Cátedra Aurelio Benassini Vizcaíno), Enrique Alejandro González Torres (Cátedra Bernardo Quintana Arrioja), Luis Jiménez Ángeles (Cátedra Nabor Carrillo), Carlos Agustín Escalante Sandoval (Cátedra Enrique Rivero Borrell) y Jorge Alfredo Ferrer Pérez (Cátedra Fernando Espinosa Gutiérrez); las doctoras Michelín Álvarez Camacho (Cátedra Carlos Ramírez Ulloa), Lourdes Martínez López (Cátedra Odón de Buen Lozano), Ana Laura Pérez Martínez (Cátedra SEFI) y Laura Mori (Cátedra Mariano Hernández Barrenechea) y los maestros Didier Torres Guzmán (Cátedra Cámara Nacional de la Industria de la Construcción), y Benito Sánchez Lara (Cátedra Javier Barros Sierra). Estas designaciones reconocen trayectorias individuales excepcionales y preservan el legado de quienes han contribuido significativamente al desarrollo del país.

Estas cátedras constituyen así un círculo virtuoso que articula el pasado glorioso de la ingeniería mexicana con el presente y futuro de la educación superior, asegurando que los valores de excelencia, innovación y servicio a la nación continúen orientando el quehacer de la Facultad.