
El pasado 26 de septiembre, el auditorio Raúl J. Marsal de la Facultad de Ingeniería (FI) se llenó de emoción y gratitud por el Jubileo de Oro del maestro Miguel Ildefonso Vera Ocampo que homenajea 50 años de trayectoria docente. Autoridades, colegas, exalumnos, familiares y amigos se reunieron para reconocer a un académico que hizo de la enseñanza una vocación y del aula un espacio de formación integral enseñando geología, valores, ética y amor por la Universidad.
El ingeniero Rodolfo Ávalos Alejandre, exalumno, expresó su gratitud hacia quien consideró su guía y formador, su maestro Miguel. Compartió una semblanza que evocó los orígenes del homenajeado en Cuernavaca, Morelos, en el seno de una familia que le inculcó valores de respeto, esfuerzo y solidaridad. Desde su educación básica y media, destacó por su liderazgo y excelencia académica, cualidades que consolidó al ingresar a la FI-UNAM (1965), donde estudió Ingeniería Geológica, a la par que se integró a la Tuna de Ingeniería y al movimiento estudiantil de 1968, reafirmando su vocación de servicio y su sentido de justicia y libertad.
El presidente de la Directiva Distrito México, de la de la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México, el maestro Amador Núñez Miranda, destacó la etapa profesional del maestro Vera en proyectos de exploración minera, en la que sobresalió por su conocimiento técnico, disciplina y valores humanos, para luego, en 1975, descubrir en la FI-UNAM su verdadera vocación: la docencia, en la que combinó el rigor científico, la pasión por enseñar y el diálogo con sus estudiantes. Ocupó diversos cargos académicos y administrativos, fue impulsor de proyectos en geotecnia, hidrogeología y geofísica, y presidió el Colegio de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México (CIMMGM), fortaleciendo la vinculación entre la Universidad y la industria. "Es un ejemplo de que la enseñanza puede dejar una huella que trasciende generaciones", concluyó.
En su turno, el doctor Ricardo José Padilla y Sánchez rememoró historias de juventud compartidas con su colega y destacó la creatividad de su amigo, su visión incluyente y compromiso con el bien común, así como su capacidad para formar ingenieros e ingenieras competentes, y, sobre todo, seres humanos íntegros: "Su legado trasciende las aulas, pues la verdadera grandeza de un docente se mide por el impacto que deja en la vida de los demás", aseveró.
En el interludio musical, Luis Garza Soberón interpretó A pesar de todo, Metamorfosis de concierto sobre Estrellita y Siempre está en mi corazón
evocando la infancia y raíces del maestro Vera. Acto seguido, se proyectó un video realizado por Carlos Jiménez Pacheco que reunió mensajes de gratitud de exalumnos del homenajeado por sus enseñanzas de geología, de ética, de trabajo en equipo y humanidad.A continuación, exalumnos de distintas generaciones, representados por el doctor Demetrio Santa María Orozco y la ingeniera Laura Dalila Higuera Torres, entregaron a su querido profesor dos placas como muestra de gratitud por la dedicación y la inspiración que el maestro Vera ha brindado a sus estudiantes, mientras que el ingeniero Carlos Palomino Huerta, en nombre del CIMMGM, le otorgó un diploma por su contribución al conocimiento geológico y a la formación de ingenieros e ingenieras.
Llegó el turno del maestro Vera Ocampo, quien, con visible emoción, agradeció a su querida Facultad, a autoridades, colegas, laboratoristas, secretarias y estudiantes que lo acompañaron a lo largo de medio siglo de enseñanza. Comparó su labor docente con la de un entrenador que forma equipos de campeones creyendo en su potencial: "Cuando sé de los éxitos de mis estudiantes, me doy cuenta de que todo mi esfuerzo valió la pena". El público lo ovacionó de pie, reconociendo su entrega al conocimiento, su amor por la Universidad y su ejemplo de integridad, generosidad y vocación. La ceremonia culminó con un emotivo "¡Goya!" y una foto grupal, que quedó como testimonio de su invaluable legado: la educación entendida como un acto de amor y servicio.