
En un emotivo ejercicio colectivo de memoria, la Facultad de Ingeniería, a través de su División de Ciencias Sociales y Humanidades (DCSyH), llevó a cabo la ceremonia de premiación del Tercer Concurso de Murales Digitales: Reflexionando el 2 de octubre, presidida por la maestra Amelia Fiel Rivera, jefa de la DCSyH, quien resaltó la vigencia de los ideales universitarios defendidos con valentía por el entonces rector Javier Barros Sierra y el compromiso ineludible de las generaciones actuales para preservarlos. En su intervención, destacó que cada mural digital constituye un acto de resistencia cultural y que este certamen, más allá de reconocer la creatividad del estudiantado, deja constancia de su sensibilidad y responsabilidad social. En su mensaje, subrayó además que la autonomía universitaria "no es un privilegio, sino un derecho y una responsabilidad que debemos proteger siempre, día a día, en nuestras aulas y en el ejercicio profesional ético". Reiteró que la defensa de estos principios sigue siendo una tarea ineludible para las generaciones actuales, llamadas a sostener con integridad los valores de libertad y justicia.
La maestra Fiel Rivera felicitó a la comunidad estudiantil participante —con 43 proyectos— y al jurado calificador, integrado por el maestro Luis Ledesma Solano, académico de la FI; la licenciada Karla Hernández Ordóñez, responsable de Promoción Cultural del Palacio de Minería; y el licenciado Eduardo Martínez Cuautle, fotógrafo de la Coordinación de Comunicación de la FI, quienes formaron parte del presídium. Asimismo, agradeció al maestro Víctor Manuel Rivera Romay, jefe de la División de Educación Continua y a Distancia, por haber otorgado como premio principal un diplomado con opción a titulación, reafirmando el vínculo entre la creación artística y la formación profesional.
El jurado evaluó las propuestas con base en criterios metodológicos rigurosos, entre ellos el impacto visual inmediato, la capacidad de provocar una reflexión profunda y la eficacia para evocar la memoria histórica; estos elementos fueron plenamente satisfechos por el cartel de Erandi Escorcia Hernández, elaborado de forma manual con recortes de prensa. "Imprimió, investigó y armó la pieza físicamente, algo muy significativo", comentó el profesor Ledesma. La alumna, por su parte, reveló que la naturaleza pacífica de la marcha estudiantil fue su principal inspiración, y que realizó una investigación visual sobre el rector Javier Barros Sierra arengando a la comunidad y sobre los alumnos que perdieron la vida. Precisó que la figura central femenina representa "todo lo que se ocultó". El trabajo de Johana Guadalupe Miranda Manrique, de potente simbolismo y sofisticación visual —una mano ensangrentada cuyos dedos están formados por cuerpos humanos—, destacó también por el uso del contraste cromático rojo y negro, que acentúa el dramatismo, y por la fuerza de la leyenda Sin memoria, no hay futuro. Sin legado, no hay ingeniería. Esta obra establece un vínculo conceptual entre el pasado trágico, la responsabilidad social del presente y el papel de la ingeniería en la construcción de la civilización.
Del mismo modo, el enfoque crítico de Emmanuel Ortiz Bravo, expresado mediante la ironía y el humor negro, sobresalió en su cartel "como una invitación a la muerte de los estudiantes". El autor detalló que incorporó referencias directas —Gustavo Díaz Ordaz y los soldados del Batallón Olimpia—, un logro que el jurado destacó como una tensión visual deliberada y una narrativa impactante sobre la amenaza y la represión latente. Finalmente, se reconoció la pieza de Juan Carlos Soto García, por su acertada fusión de técnicas tradicionales y referencias contemporáneas. Su ilustración original tuvo un gran peso para el jurado: una caricatura con alusiones al presidente y al ingeniero Barros Sierra que juega visualmente con los soldados.
Los videos ganadores fueron Recordar es resistir. El 2 no se olvida, de Carolina Figueroa Ruiz, Jesús Alejandro Díaz de León Flores y Axel Joshua López Granados; y Esta es la historia que no queremos olvidar, de Rodrigo Emmanuel Fernández Arroyo y Andrés Silverio Martínez. La ceremonia concluyó con la proyección de los carteles y videos finalistas, lo que transformó el auditorio Javier Barros Sierra en un espacio donde el arte digital se consolida como un vehículo esencial de memoria y reflexión crítica.