
La Facultad de Ingeniería (FI-UNAM), a través de la División de Ingenierías Civil y Geomática y su Departamento de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (DISA), organizó la conferencia El Poder de la Lluvia: Ingeniería y Educación para el Cuidado del Agua, que impartió el biólogo Delfín Montañana Romero, director de Educación Socioambiental de Isla Urbana, el pasado 9 de octubre en el auditorio Raúl J. Marsal.
La maestra Marisol Alfonso Romera, jefa del DISA, dijo que esta ponencia permite valorar la lluvia como una oportunidad para alcanzar un futuro más sostenible conjugando las herramientas de la ingeniería y la conciencia socioambiental. Por su parte, el maestro Freder Bidegain González, profesor de la División, hizo la presentación de la empresa Isla Urbana, un grupo interdisciplinario dedicado a la captación de agua de lluvia y otras actividades dirigidas a la autosuficiencia hídrica en México.
El licenciado Montañana comenzó por hablar del problema de la precariedad hídrica en la región de la Cuenca de Anáhuac (Valle de México) señalando la paradoja de un sistema gubernamental que gira en torno a la escasez del recurso en un lugar de absoluta abundancia. Lejos de ser un caso excepcional, añadió que a nivel planetario los asentamientos humanos siempre traen como consecuencia atmósferas podridas, ríos tóxicos y suelos envenenados.
Sin embargo, opinó, tal precariedad no debe seguir, y "parte de la solución literalmente cae del cielo", refiriéndose al agua de lluvia, la cual lamentablemente genera inundaciones a causa de un diseño de ciudad que no tiene en mente su aprovechamiento.
De acuerdo con Isla Urbana, para poder revertir la situación son necesarios grandes esfuerzos individuales y colectivos en siete ejes: educación socioambiental, cosecha y gestión de la lluvia, infiltración e inyección al acuífero en áreas adecuadas, ahorro de agua en viviendas e industria, reúso y tratamiento de aguas servidas, regeneración y conservación de ecosistemas (bosque de agua), y reparación de la red de abastecimiento de agua y drenaje.
El biólogo Montañana enfatizó que una solución implica un verdadero cambio en cuanto a la forma de relacionarnos, como especie, con el mundo. En el modelo actual, en que se basan la mayoría de los proyectos de ingeniería, el sistema económico está por encima de todo y el desarrollo se enfoca en la extracción de recursos y la asimilación de desechos; sin embargo, destacó, existen otros, entre ellos el "modelo en balance", en el cual la economía está a la par de la sociedad y el ecosistema, y el "modelo de lo real", que ubica a la economía como un subsistema de lo social, inserto a su vez, en el ecosistema.
La práctica del diseño cambia enormemente dependiendo del modelo en que se inscriba de antemano, profundizó. Por otra parte, para que los proyectos de ingeniería adopten alguno de estos paradigmas con un impacto socioambiental relevante deben surgir en conjunto de la sociedad civil, las empresas y el gobierno, y no de una sola instancia.
Según los estudios de Isla Urbana, el potencial del agua de lluvia es tan enorme que podría solucionar la precariedad hídrica en gran parte de la Ciudad de México y disminuirla en las zonas donde actualmente es muy alta. Para lograrlo, los diseños de toda infraestructura deben ser sensibles al agua, es decir, tomar en cuenta su aprovechamiento desde su concepción.