Facebook
Gaceta digital FI Ingenieria en Marcha
Comunicafi TVIngenieria comunicafi_unam
Investigación y Vinculación
2015-12-11
CSM-UNAM: un nuevo ojo en el cielo
Investigadores de la UNAM desarrollan proyecto de globos estratosféricos para vuelos suborbitales.
Por: Elizabeth Avilés
Fotografía: Jorge Estrada Ortíz
Comunicafi
Fernando Velázquez, Frederic Trillaud y Lauro Santiago

Con el desarrollo de los drones, la idea de tener ojos en el cielo es hoy un hecho más que una aspiración. El deseo de ampliar el conocimiento desde las alturas con más y mejores tecnologías hace que un mayor número de especialistas mexicanos se aventure en el desarrollo de la ingeniería aeroespacial.

Comprometidos con esa tarea, y con el fin de proporcionar una visión innovadora en el uso de globos estratosféricos para vuelos suborbitales, un equipo de investigadores del Instituto de Ingeniería (II), la Facultad de Ingeniería (FI) y la Unidad de Alta Tecnología (UAT) de Juriquilla desarrolló el proyecto CSM-UNAM (Carga de Servicio Mexicana) con apoyo de la empresa Remtronic Telecomunicaciones.

Se trata del primer vuelo de este tipo realizado con tecnología propiamente mexicana, fruto del trabajo interdisciplinario de instancias universitarias con una empresa externa. Participaron los doctores Frederic Trillaud, investigador del II y coordinador del proyecto; Fernando Velázquez Villegas, profesor de la FI, y José Alberto Ramírez Aguilar, de la UAT, así como el maestro Lauro Santiago Cruz, también del II, y estudiantes de las áreas de mecánica, electrónica, mecatrónica y aeroespacial.

La CSM-UNAM consiste en una estructura mecánica que en su interior integra tres sistemas electrónicos el de servicio de recuperación y rastreo a cargo de Remtronic, uno para la medición de la temperatura y otro desarrollado por la UAT provisto principalmente por cámaras que permiten monitorear el ambiente y que, dependiendo del requerimiento, pueden hacer mediciones de temperatura, humedad, presión, aceleración e intensidad magnética.

A la carga se le pone un paracaídas y a éste un globo estratosférico inflado previamente. Una vez que se eleva y alcanza los 20 o 30 kilómetros de altura, el globo incrementa su tamaño debido a la presión y se rompe. Es entonces cuando la carga comienza a caer libremente y en un tiempo determinado el paracaídas se abre.

Tras un año de diseño y construcción, la CSM-UNAM de 2.5 kg fue puesta a prueba el sábado 28 de noviembre en Guanajuato, cerca de León, alcanzando una altitud de 32 km y un recorrido de 120 km. Durante ese tiempo el dispositivo fue monitoreado mediante una estación de tierra; después de la caída, la carga se encontró casi intacta y en los sistemas electrónicos no se detectaron daños, lo cual indica que los resultados fueron satisfactorios. Actualmente, los datos obtenidos están en proceso de análisis.

El doctor Trillaud explica que fue entre el 2012 y 2013 cuando decidieron poner en marcha la idea, y que en un principio la intención era realizarla con el Instituto de Ciencias Nucleares. Sin embargo, tras trabajar juntos un tiempo, se disociaron para elaborar modelos propios.

Gracias al fondo interno del Instituto de Ingeniería, el proyecto se concretó con un costo total de 200 mil pesos, relativamente bajo comparado con la inversión para un dron o con el millón de pesos que en promedio es necesario para estos vuelos. Cabe mencionar que el precio es proporcional al peso de la carga, ya que mientras más grande sea, más inversión en infraestructura necesitará. En el caso de la CSM-UNAM, el valor monetario se redujo gracias a la disminución de costos que hizo la empresa Remtronic.

La CSM-UNAM a futuro

Con la intención de seguir colaborando juntos, el equipo de investigadores tiene planeados dos vuelos (2016 y 2017) que serán patrocinados por el fondo mixto del Instituto y la Facultad de Ingeniería. Aunado a ello existe el interés de trabajar con la Agencia Espacial Mexicana y otras dependencias gubernamentales, como la SEDENA, la SAGARPA y la SEP, ya que esta tecnología podría ser útil en la detección de incendios y también representa una oportunidad para fomentar la incursión en materia aeroespacial de estudiantes universitarios y de todos los niveles escolares.

Una de las desventajas es que, a pesar de que se puede tener una aproximación calculada de la altura que alcanzará, el dispositivo no es controlable. Después del vuelo, el grupo de científicos busca hacer mejoras en los sistemas para exponerlos a distintas situaciones ambientales.

La CSM-UNAM representa el primer paso significativo en vuelos suborbitales con globos estratosféricos en México. "Llegar al espacio será un reto muy grande. Somos un grupo de personas unidas por un interés común compartiendo un éxito", manifiesta el doctor Trillaud. "Estamos seguros de que con esto alcanzaremos grandes logros en materia aeroespacial y con tecnología mexicana", finaliza el doctor Fernando Velázquez, quien estará a cargo de la coordinación del proyecto por los próximos dos años.