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Investigación y Vinculación
2016-01-27
Ingeniería de vías: una mirada histórica
El maestro Gabriel Moreno impartió conferencia magistral sobre ingeniería de vías terrestres en el CICM.
Por: Erick Hernández Morales
Fotografía: Antón Barbosa
Comunicafi
Conferencia magistral

El maestro Gabriel Moreno Pecero, profesor de la División de Ingeniería Civil y Geomática de la FI, fue el encargado de impartir la VIII Conferencia Magistral Alfonso Rico Rodríguez que organizan conjuntamente la Asociación Mexicana de Ingeniería de Vías Terrestres, AC (AMIVTAC) y la Sociedad Mexicana de Ingeniería Geotécnica (SMIG), el 27 de enero en el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM).

La ceremonia fue presidida por el ingeniero Jesús Felipe Verdugo López, presidente de la AMIVTAC, y el doctor Raúl Aguilar Becerril, presidente de la SMIG, acompañados por los ingenieros Víctor Ortiz Ensástegui, presidente del CICM, Víctor Sotelo Cornejo, coordinador de la conferencia, y Santiago Rico Galindo, sobrino de Alfonso Rico.

El maestro Moreno Pecero dedicó su ponencia a los jóvenes ingenieros que se adentran en una actividad fundamental para el país: "Las vías terrestres son al país lo que el aparato nervioso al cuerpo, son la estructura que hace posible la integración y fortalece su unidad", dijo.

Destacó la importancia de las vías terrestres en la economía, pues la considera un factor para disminuir la desigualdad en el desarrollo de México, basándose en un estudio del Banco Mundial que establece que el PIB crece a medida que lo hace la infraestructura. Comentó que México, considerado un país medio por su infraestructura, depende de tres factores para avanzar: la decisión política, los recursos económicos y los conocimientos, habilidades y actitudes de los profesionales de la ingeniería para desempeñar su tarea.

Pero el desarrollo de una sociedad, continuó el maestro, no se logra por el esfuerzo de una generación, sino por el de muchas, y debe estar perfectamente vinculado. Con tal preámbulo, su conferencia esbozó un recorrido histórico de las vías terrestres en el país el cual presenta a la generación actual el ejemplo de lo realizado por las anteriores y así responder a su presente.

La charla se remontó a la época prehispánica: obras mayas y mexicas netamente ingenieriles cuyos caminos amplios y rectos ya contaban con alcantarillas de mampostería y pulimentos de sascab.

La planeación de comunicaciones del Virreinato, refirió el maestro, estuvo dirigida a la explotación de recursos y control político por parte de España. Desde la Independencia y la Reforma, no se añadió nada a esas estructuras, y es hasta el gobierno de Benito Juárez que se construye la primera vía férrea en México entre la capital y Veracruz.

El ferrocarril, bandera del progreso, tuvo un auge durante el porfiriato: en 1910 se contaban con casi 20 mil kilómetros de vías férreas enfocadas al desarrollo de la minería, la industria y la electrificación del país, aseguró. La tendencia duró hasta finales de la Revolución cuando surge el automóvil derrumbando la tesis vial del XIX.

Luego hizo mención a 1925, cuando nace la Comisión Nacional de Caminos y se da la capacitación y respuesta aceleradas de ingenieros mexicanos quienes sustituyen a los extranjeros cuya contratación era la norma. "En 1928 la totalidad del diseño y construcción de caminos estuvo a cargo de ingenieros mexicanos", destacó Moreno Pecero.

Entre los eventos relevantes del siglo XX, resaltó la acción de Lázaro Cárdenas con su política de cooperación con los estados que representó una mayor integración del territorio nacional.

Comentó que en las últimas décadas ha habido una celeridad en el incremento de obras viales; sin embargo, existe el reto de unificar los esfuerzos de cinco sectores para obtener resultados más positivos: el gubernamental, el productivo, el educativo, el financiero y el de los profesionales en vías terrestres.

Puso énfasis en este último: el profesional debe tener carácter, conocimientos íntimos, interés profundo en su actividad, capacidad de organización, inclinación por la investigación, conocer sus metas, y ser generoso y útil a sus semejantes.

"Cumplamos con nuestra misión surcando al país a lo largo y a lo ancho con caminos que unan con acciones a todo México. Hagamos de nuestros sueños realidades magníficas y después de terminada la tarea, digamos con gran satisfacción: He cumplido como ingeniero, con mi país, con mi comunidad y con los míos", finalizó.