Por invitación de la División de Educación Continua y a Distancia de la Facultad de Ingeniería, el maestro José Manuel Guillén Cruz impartió la conferencia magistral Ingeniería en Transporte, el 28 de enero en el Auditorio Bernardo Quintana del Palacio de Minería.

Para iniciar, el ponente explicó la diferencia entre las ciudades compactas y las dispersas. En las primeras los asentamientos urbanos son controlados, mientras que en las segundas crecen descontroladamente, creando centros de mucha actividad y relegando las casas habitación a la periferia, lo que provoca la congestión de las vías de acceso.

Desde el punto de vista del transporte es fundamental comprender este tipo de urbanizaciones debido a que la Zona Metropolitana del Valle de México está clasificada como dispersa: las redes de acceso son difusas y los usos de suelo están combinados entre casas, industrias y comercios, mientras que el uso del transporte particular se extiende hasta en un 80 por ciento, y sólo el 15 es público, 3 por ciento para la bicicleta, moto y taxi, y el 2 para la caminata.

Lo opuesto a este tipo disperso del Valle de México es Londres, donde sólo el 10 por ciento del transporte es particular, el 40 público, otro 10 por ciento lo integran los transportes alternos y finalmente 40 es peatonal. Además la forma octogonal de las redes de acceso facilita salir o cruzar la ciudad.

"De esto se concluye que el reto es diseñar sistemas que hagan posible el cambio de transporte privado a público", aseguró el maestro Guillén Cruz. Una propuesta es la densificación de ciudades en núcleos autosustentables, es decir, ciudades compactas bien planeadas e integradas para reducir la necesidad de desplazarse hacia el centro de actividad.

En cuanto al transporte público, uno de los desafíos es lograr sistemas con ramales dispersos de poca capacidad que alimenten al sistema central o tronco, capaz de llevar grandes masas.

El conferencista agregó que sin análisis de la demanda, ni estudios de factibilidad técnica, social, económica, ambiental y legal del costo-beneficio es imposible implementar proyectos de impacto.

"Como consecuencia de una infraestructura que facilite la movilidad aumentan las ganancias en otras áreas, ya que el transporte es un detonante de la actividad económica, favorece la integración social, la creación de empleos y el intercambio de bienes y servicios, además de incrementar la competitividad de las empresas operadoras", concluyó.

José Manuel Guillén Cruz es ingeniero eléctrico-electrónico con maestría en Sistemas de Transporte, ambos por la FI; cuenta con experiencia en sistemas eléctricos de potencia, sistemas de transportes masivo y ferroviario, y ha participado en proyectos de envergadura en México y Panamá.