La División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra organizará durante el semestre 2016-2 un Ciclo de Conferencias de Investigación y Docencia, coordinado por los doctores Josué Tago Pacheco y Aldo Ramos Rosique. La apertura del ciclo estuvo a cargo del doctor Luca Ferrari Pedraglio quien impartió La Paradoja del Petróleo: Precios Bajos y Costo de Producción Alto. ¿Qué Sigue?, el pasado 24 de febrero en el salón C-404.

El investigador del Centro de Geociencias de la UNAM aseguró que la situación petrolera es más problemática de lo que parece, debido al bajo crecimiento de la producción en la última década y al costo de elaboración que sube constantemente. Señaló que la demanda del crudo no aumenta como se esperaba y que se percibe un estancamiento causado por la economía en recesión de muchos países. "Esto podría llevar a la quiebra del sector energético y poner en riesgo a todo el sistema financiero", sentenció el doctor Ferrari.

Asimismo, explicó que cuando se llega al peak oil o pico del petróleo —el punto más alto de la curva de producción— desciende la productividad y es el fin de la energía barata: inicia una era de petróleo a un precio alto. "Es una situación en la que no se acaba el recurso natural, sino más bien se acaba lo barato".

Afirmó que el proceso de extracción ha cambiado en comparación con las actividades realizadas hace cien años: el costo económico y energético es mucho mayor porque se hacen excavaciones a unos tres o más kilómetros de profundidad en el suelo marino.

"La paradoja de nuestro tiempo consiste en que los precios son muy altos para producir, pero la economía social no puede cubrir ese costo", aclaró. Una de las razones es que se ha producido grandes cantidades de petróleo caro, debido a la crisis de 2008 que provocó el incremento de precios.

Mencionó que a partir de esto se podrían tener consecuencias graves, por ejemplo, que varias empresas petroleras quebraran y provocar una crisis financiera peor que la de la década pasada, además causaría una prolongación de los precios debido a la recesión y no habría dinero para pagar el nuevo petróleo caro.

Con el fin de mejorar esta situación, recomendó una transacción energética que involucre la disminución controlada del consumo de combustibles fósiles, una distribución equitativa en la población, incentivar el ahorro de energía y el uso del transporte público en lugar del automóvil particular, y disminuir los viajes. "El petróleo debería ser usado como un recurso estratégico, no para continuar con el modelo consumista derrochador que ha caracterizado a todo el siglo pasado", concluyó.