El 14 de abril, segundo día del II Foro Iberoamericano de la Docencia en Ingeniería y VII Foro Nacional de Ciencias Básicas, se presentó la mesa redonda Nuevas Tecnologías en la Enseñanza de las Ciencias Básicas con la participación de la maestra en ciencias Marcela Peñaloza Báez, directora de Cooperación y Vinculación de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC), el doctor Agustín Tristán López, director General del Instituto de Evaluación e Ingeniería Avanzada, el maestro Víctor Manuel Rivera Romay, jefe de la DECDFI, y el ingeniero Martín Bárcenas Escobar, profesor de la División de Ciencias Básicas.

La maestra Peñaloza comentó que su labor en la DGTIC le ha permitido ver de cerca cómo los alumnos se valen de una serie de plataformas digitales para enriquecer su aprendizaje, especialmente cursos abiertos en video. Por ello, recomendó la pertinencia de repensar el uso del material en línea, pues no es exclusivo de la educación a distancia.

Se refirió a la Ley de Acceso Abierto, adoptada por la UNAM en 2015, que permite acceder a los contenidos generados con recursos públicos a través de una plataforma digital, fomentando así un cambio cultural para que el material educativo y productos académicos de la Universidad sean de acceso público y gratuito.

Resaltó la importancia de promover la combinación del trabajo presencial y en línea con los medios digitales y el internet, cambiar el paradigma educativo y difundir de forma ética y legal los materiales generados por alumnos y profesores.

Por su parte, el doctor Agustín Tristán López recalcó que la evaluación del aprendizaje debe tener validez, objetividad y confiabilidad, y diseñarse de menor a mayor complejidad para abarcar todos los niveles. Advirtió que hay mucho camino por recorrer en las aplicaciones de informática y de apoyo a las ciencias básicas, como bancos de reactivos, evaluación en línea, pruebas adaptativas, simuladores y evaluación de competencias profesionales para certificación, cuya base se encuentra en actividades automatizadas desarrolladas en la FI desde los años setenta.

En su intervención, el maestro Romay, para la transición de la impartición presencial a la impartición en línea, propuso hacer de las plataformas educativas el medio principal de adquisición de conocimiento, apoyadas en clases presenciales para resolver dudas y ejercicios.

Para hacer que esto suceda es vital un cambio cultural, la formación de un equipo exclusivo para desarrollar dicha plataforma y sus contenidos, combinar sesiones presenciales con tutoría informativa y formativa, y el acceso a equipos de cómputo suficientes y eficientes.

Las ventajas de este método incluyen la construcción de contenidos estandarizados, acervo institucional, integración de múltiples aplicaciones existentes y uso eficiente de la infraestructura. Los retos son aceptar el cambio en el proceso enseñanza-aprendizaje y en los roles de profesor y alumno, y superar la creencia de que la educación en línea tiene menor rigor académico y exige más tiempo y dedicación por parte de estudiantes y docentes.

Concluyó que los cursos en línea para ciencias básicas son pertinentes ya que pueden facilitar la enseñanza de conceptos complejos, aunque es recomendable una prueba piloto en alguna asignatura para encontrar el balance entre modelo presencial y en línea.

En su turno, el ingeniero Martín Bárcenas Escobar indicó que se deben cultivar en todos los alumnos competencias basadas en la complejidad. Aseveró que apropiarse de las TIC implica ser una persona autónoma, eficaz, responsable, crítica y reflexiva, capaz de seleccionar y modificar la información y sus fuentes para transformarla en conocimiento.

Finalizó con la sugerencia de evaluar las habilidades digitales tanto de estudiantes como de profesores, para ello compartió el TICómetro, una herramienta diseñada por la Coordinación de Tecnologías Para la Educación, en la que se ofrecen datos empíricos sobre el perfil del estudiante que en general tiene un dominio medio de las tecnologías digitales.