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Investigación y Vinculación
2016-04-28
El Universo al alcance de todos
La Jornada Astronómica SAFIR presenta destacados investigadores que difunden temas de actualidad en el área.
Por: Diana Baca
Fotografía: Jorge Estrada Ortíz
Comunicafi
Jornada de la SAFIR

Con el fin de divulgar la ciencia y la astronomía, el pasado 28 de abril se llevó a cabo la Jornada de la Sociedad Astronómica de la Facultad de Ingeniería (SAFIR), en el Auditorio Javier Barros Sierra.

Con la presencia de Miguel Figueroa Bustos, secretario académico de la Facultad, y Óscar Iván Calderón Hernández, presidente de la Sociedad Astronómica, quienes agradecieron el interés de los presentes y adelantaron la participación de destacados investigadores en el Auditorio Javier Barros Sierra.

La primera conferencia, Descubriendo el Universo, estuvo a cargo del doctor Antonio Peimbert Torres, quien narró brevemente cómo la humanidad fue descubriendo los componentes del Universo. Se refirió al modo y las regiones de formación estelar, las galaxias y sus formas más comunes, elípticas y espirales, entre las que se encuentran Andrómeda, M33, M51, NGC 4622 y, por supuesto, la Vía Láctea.

Abordó la Teoría de la Gran Explosión, la cual propone que el universo está en constante expansión provocando el alejamiento de las galaxias entre sí, como lo demuestra la abundancia de elementos ligeros como litio, helio e hidrógeno y material fósil en el espacio exterior.

En seguida, Leticia Carigi, investigadora de la Sociedad Mexicana de Astrobiología (SOMA) y del Instituto de Astronomía de la UNAM, aseguró, en la conferencia Fundamentos Astrobiológicos del Cine Reciente de Ciencia Ficción, que si se encontrara presencia viviente en otros planetas sería como organismos unicelulares y no en las formas avanzadas que presenta la pantalla grande. Basó sus afirmaciones en el hecho de que sólo se conoce vida basada en el carbono, a diferencia de, ejemplificó, los habitantes del planeta Excalbia, de la serie Star Trek, compuestos de silicio.

En cuanto a la historia de Avatar, película que se desarrolla en el satélite Pandora, indicó que Europa, una de las lunas de Júpiter, es la única del Sistema Solar con presencia de agua y compuestos orgánicos, pero sin atmósfera, además, de los más de dos mil exoplanetas localizados sólo unos 32 son potencialmente habitables, es decir, el 1.6 por ciento, por lo que la habitabilidad de Pandora también queda descartada.

Prosiguió con la saga de Star Wars, de la que aclaró no se trata de ciencia ficción porque no aborda un futuro posible del ser humano, sino que se ubica en la épica intergaláctica. Se refirió al acierto de retratar a los gunganos, anfibios de Naboo, como habitantes bajo un lago, es decir, directamente asociados al agua, puesto que todas las formas de vida conocidas se basan en el vital líquido. Finalizó con el error que retratan los mapas de esta saga, en los que ubican planetas al centro de su galaxia, mientras que en Star Trek los ubican correctamente en la periferia.

Sobre el proyecto Carta del Cielo habló Rolando Ísita Tornell, director general de Divulgación de la Ciencia de la UNAM y coordinador editorial de la revista El Universo, de la Sociedad Astronómica de México. Aprovechó la oportunidad para recordar que la ciencia y el conocimiento no tienen fronteras, ni pertenecen a un sector exclusivo, sino que son universales.

Rememoró cómo de 1887 a 1947 el proyecto la Carta del Cielo fue la línea de investigación principal del Observatorio Astronómico Nacional (OAN), cuyos ambiciosos objetivos incluían hacer un mapa del cielo con todas las estrellas más brillantes, para lo que se requería la participación de observatorios de diversas latitudes. México compró el telescopio tipo Carta del Cielo a Irlanda en 1889, a solicitud del ingeniero José Ángel Anguiano, director del OAN fundado el 5 de mayo de 1878.

Para finalizar, señaló que a pesar de que el proyecto obtuvo sólo la mitad del mapa, se consiguió iniciar la colaboración a nivel mundial en astronomía y mantenerla en un buen número de observatorios; asimismo, impulsó el desarrollo de la placa fotográfica con fines astronómicos y produjo el Catálogo Astrográfico. A nivel nacional, logró el interés en el área, aunque con más fines políticos que científicos.