Con un fin altruista y con la intención de contribuir al crecimiento de las comunidades en México, un equipo de investigadores de la Facultad de Ingeniería y del Instituto de Geofísica de la UNAM realizó estudios geológicos, hidrogeológicos y geofísicos para determinar nuevas fuentes de abastecimiento de agua en Ocozocoautla, Chiapas.

El municipio, de nombre de origen nahua que significa bosque de ozocotes, se ubica en el occidente del estado, en una depresión flanqueada por una montaña donde hay un acuífero que abastece de agua al lugar. Por sus características geográficas y el tipo de vegetación, se trata de una zona de recarga vital para ese acuífero en época de lluvia, pero debido a los escurrimientos subterráneos, no es posible retener el líquido.

A pesar de que el municipio se encuentra cerca del río Grijalva y varios escurrimientos superficiales, los pobladores se ven imposibilitados a tomarla y transportarla, ya que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no permite el trasvase de agua de cuencas diferentes y, además, varios de esos escurrimientos ya tienen cesiones de derechos.

Ante estos problemas, el presidente municipal, Martín Ramiro Chambé León, solicitó la ayuda de la Facultad de Ingeniería. El trabajo se convino sin remuneración, sólo el transporte y la alimentación serían pagados por el municipio. Así, en el verano de 2013, el equipo coordinado por el ingeniero Alberto Arias Paz, jefe del Departamento de Ingeniería Geológica de la FI, y la doctora Claudia Arango Galván del Instituto de Geofísica se trasladó al lugar para llevar a cabo los estudios.

El grupo de trabajo estuvo conformado por los ingenieros José Luis Arcos Hernández, Gabriel Salinas Calleros, Noé Santillán Piña y Mariana Ramírez Laguna, quien se tituló a raíz de su investigación en este proyecto, y por parte del Instituto de Geofísica Diego Ruiz Aguilar y José Luis Salas.

Tras analizar el funcionamiento del acuífero, los especialistas llegaron a la conclusión que la mejor vía era sacar agua del subsuelo y se dieron a la tarea de determinar las zonas viables para la perforación de pozos. En un reporte de junio de 2015, se entregaron no sólo los resultados, también se incluyó una serie de recomendaciones importantes para la preservación ambiental.

La investigación y las muestras de algunos manantiales arrojaron que éstos continuaban filtrando turbocombustible del aeropuerto que se construyó hace aproximadamente 25 años y que cerró debido al riesgo que representaban la neblina y los vientos fuertes. Actualmente, intenta levantarse una zona industrial que podría desencadenar no sólo los mismos problemas de contaminación, sino también, al necesitar fuentes de abastecimiento de agua, la perforación de los sitios que se encuentran destinados para el suministro de la comunidad y, en consecuencia, escasez del líquido.

La principal advertencia es que debe evitarse cualquier tipo de construcción que ponga en peligro la preservación del acuífero. Por ello, con el propósito de aportar suficientes elementos técnicos para impedir que la construcción de la zona industrial continúe, una copia del estudio será entregada al Movimiento en Defensa del Agua con sede en Ocozocoautla.

Con este reporte, el municipio contará con el respaldo para solicitar a la Conagua los recursos para la perforación de los pozos. Si bien se determinó que es una opción viable, será necesario otros tipos de estudios para llevarlos a cabo de manera satisfactoria. El ingeniero Arias Paz no descarta la idea de continuar brindando apoyo social a la comunidad ante las necesidades que puedan surgir más adelante.