El Aula Magna Horacio Durán del Centro de Investigaciones de Diseño Industrial (CIDI) fue el escenario para que, el pasado 29 de mayo, estudiantes del Taller de Productos Innovadores (TPI) presentaran sus desarrollos, dando así por terminado dos semestres del taller coordinado por el arquitecto Arturo Treviño, el maestro Luis Equihua (Diseño Industrial) y los doctores Vicente Borja Ramírez y Alejandro Ramírez Reivich (Ingeniería) y Cora Narcia (Contaduría y Administración).

El TPI pretende potenciar la creatividad, los conocimientos y habilidades de los estudiantes de licenciatura y posgrado, facilitar el acercamiento entre la academia y la industria, y extender el trabajo multidisciplinario con más instituciones educativas, como se viene haciendo con las universidades de Stanford, de California en Berkeley, de Múnich, Alemania, la Javeriana de Colombia, la Tecnológica de la Mixteca en Oaxaca y la Autónoma del Estado de México.

"Tenemos un modelo de colaboración abierta que nos permite adquirir nuevas metodologías, conocimientos, experiencias, perspectivas en la vida académica y laboral a fin de enriquecernos y crecer", afirmó Arturo Treviño.

Los estudiantes que participaron en esta experiencia académica provienen de distintas disciplinas: Ingeniería, Arquitectura, Administración, Ciencias, Actuaría y Diseño Industrial, y sumaron esfuerzos para desarrollar productos innovadores con una visión a largo plazo y satisfacer necesidades futuras. "Se trabajó en equipos multidisciplinarios, con alumnos de universidades del país y de otras latitudes y se usaron los recursos y conocimientos adquiridos en cada carrera", indicó el doctor Alejandro Ramírez.

El equipo CABI, en colaboración con Mabe, desarrolló Ki, la Cocina del Futuro para el 2030, la cual fomentará la convivencia familiar, optimizando los tiempos de cocinar, comer y limpiar. Cuenta con cubos para cocción, enfriamiento y almacenamiento con controles por comando de voz y de aplicaciones; tiene asistencia y patrones de repetición para que aprenda del usuario mediante reconocimiento de voz y se conectará por internet con otros electrodomésticos inteligentes.

KI se complementa con la mesa móvil PENTA, la cual tiene sillas inteligentes, una parrilla y una caja recolectora de trastes sucios; la mesa se podrá empotrar a un lavavajillas. La cocina está diseñada para familias de clase media alta con 3 integrantes y para departamentos de 44 m2, utilizará 20 watts de potencia y el tiempo de uso es de 7 horas.

Pumas Activa2 desarrolló, con apoyo de la Dirección General de Actividades Deportivas y Recreativas de la UNAM, el Actipumas, un sistema interactivo que busca que la comunidad universitaria haga ejercicio de manera adecuada y divertida. El N1F, como también se le llama, es similar a una escaladora y cuenta con un sistema de videojuego con interfaz ejercitadora que se controla con el movimiento de las piernas en un tiempo de 10 minutos. En esta primera fase se seleccionaron videojuegos de antaño, evocadores para los usuarios, como el vintage Pinball, un clásico de los 80, al que se le puede cargar una gran diversidad de juegos.

Este prototipo, resultado de 14 simuladores, ya cuenta con cinco registros de propiedad por diseño industrial por parte de la UNAM. Se tiene contemplado instalar los 15 diseños desarrollados en puntos estratégicos del campus universitario. El N1F ayuda a quemar de 400 a 600 calorías, adaptar la intensidad, agregar accesorios para ejercitar otras partes del cuerpo y ampliar el sistema con códigos QR para generar perfiles personales y conectarse con otros usuarios mediante las redes sociales.

El proyecto de Lancis (Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sustentabilidad de la UNAM) propone instalar mobiliario con tecnología para transformar los espacios exteriores en lugares multifuncionales y agradables a fin de que los usuarios puedan pasar tiempo de recreación, ocio y trabajo.

De esta idea surgió LOOP, un sistema sensitivo que responderá a las emociones de las personas y que contempla un muro que obedece al movimiento del usuario y sirve de barrera visual (ya se hacen pruebas), mobiliario con material sustentable, un circuito que reaccionará con sonidos, zonas de trabajo que contarán con un techo interactivo donde se podrá regular automáticamente la luz.

Con esa misma visión futurista se presentó OLIN, Museo del futuro 2025, el cual pretende solucionar problemas que enfrentan los visitantes de los museos, como no tener contacto con las piezas exhibidas, la seguridad excesiva e información insuficiente. El proyecto se probó con 30 personas, con una aceptación del 90 por ciento.

OLIN es un concepto de hibridación del sistema digital con el mundo físico; cuenta con una interfaz que puede generar perfiles, herramientas personalizadas y tres modos de usuario con su respectiva forma de presentar la información, desde iconográfica hasta especializada. También se proyecta que refleje la información en un visor y un sensor de movimiento. El producto es escalable y será factible diversificarse hacia otros ámbitos fuera de los museos, variando la información de acuerdo a los intereses del cliente.